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Culo veo... ¡culo quiero!

Opinión

Huelga General 29-S

Retomo nuevamente el blog, haciendo un hueco en mi apretada agenda, más que nada para espantar las arañas que lo estaban empezando a poblar.

Tengo muchas, muchísimas cosas que contar (mi hija corretea, se sube sóla a la sillita del coche, cuenta hasta cinco en inglés, somos campeones del Mundo...), pero poco tiempo y menos inspiración.

Es más,hace tiempo descubrí que me estaba empezando a obsesionar con el gobierno, y no me parecía justo dedicarles tanto esfuerzo. No me parecía justo ya que el resto del país se encarga de ello a diario.

He descubierto que tengo nuevos seguidores... ¡bien! (¡¡gracias por vuestra visita!!), y sin actualizar el blog... si lo llego a actualizar más a menudo, lo mismo hasta me llevo algún premio. Sellado

 

En fín, al lío. Observen éste vídeo con atención:

 

 

Bien, analicemos la situación:

-Un tipo está tranquilamente en una terraza, tomando algo y (aparentemente) sin meterse con nadie.

-Unos cuantos con camisetas rojas (celebrando el mundial, imagino), vienen con gritos y pitos a molestar al primer tipo y sus acompañantes.

-El tipo que estaba tranquilo, hace gestos obscenos con la mano, burlándose (seguramente) de la actitud de los hinchas futbolísticos y de su equipo de fútbol, y aparta de su lado a uno de ellos con una violencia desmesurada.

-De forma totalmente justificada, uno de los seguidores de la roja, le propina una suave colleja (sin riesgo aparente de lesión cervical) al primero.

-El tío grosero que exhibía gestos indecentes con ambas manos, descarga su ira de forma salvaje, sobre todo el grupo de forofos futbolísticos, sin tan siquiera pedir disculpas al inocente que recibe el manotazo.

Conclusión: Hay que linchar al que estaba sentado tomándose una copa, por su "hooliganismo" exacerbado.

 

(Nótese la fina ironía)

Porcentajes

Porcentajes

 

Creo que alguna vez lo he dicho, pero me reafirmo: me alucina el uso que se hace de las estadísticas.

Recuerdo con nostalgia aquellas clases de matemáticas en la EGB, en las que aprendí a calcular porcentajes. Siempre pensé que eran de gran utilidad, pero nunca (¡ay!, alma cándida) que servían para manipular la opinión pública.

Suelo desayunar con las noticias de la mañana y es raro el día que no escucho cosas como: "el paro ha aumentado un 0,5 % éste mes, un 72 % menos que el mismo mes del pasado año", ó "La crisis reduce el número de accidentes laborales un 26,8 % hasta julio", o también "El número de bajas laborales se reduce un 39 % en el año de la crisis económica".

¡Qué guay! ¡¡Somos la hostia!!

Con esto, no quiero manifestar duras críticas hacia el actual gobierno (bueno, lo cierto es que en un 85 % sí), pero no deja de sorprenderme el mal uso que habitualmente se hace de tan maravillosa ciencia matemática.

Obviamente me indigna comprobar, que mi abuela tenía razón al decir que "el que no se conforma es porque no quiere".

La lógica (otra gran ciencia, también de gran utilidad) me obliga a pensar que sería más objetivo proclamar: "Éste mes también ha subido el paro", ó "Hasta Julio se han contabilizado un 26,8 % de accidentes laborales, lo cual no es moco de pavo teniendo en cuenta que el gremio que más accidentes provoca -la construcción-, está practicamente congelado" (muy largo éste titular), o también "El número de bajas laborales se reduce en proporción al número de personas que perdió su trabajo".

Me jode ser tan pesimista, pero lo cierto es que es la razón principal por la que no he retomado mi blog en tanto tiempo. Bueno, mi actual pesimismo, la falta de tiempo que me proporciona el estar persiguiendo posibles clientes, y los buenos (y escasos) ratos que procuro pasar con mi pequeñaja.

Hoy he hecho un esfuerzo para felicitar de alguna forma especial al amigo Javi, {sarcasmo}ya que seguro que éstas palabras le animarán de sobremanera, dado que (como yo) es autónomo y depende directamente de la construcción .{/sarcasmo}

Lo cierto es que, dentro de ésta locura que vivimos actualmente, el sacar conversaciones relacionadas con la situación económica, creo que sirve (en cierta medida) como terapia de grupo. Incluso se puede intentar aplicar la estadística, y si me apuras, la lógica.

No hay que olvidar que: el 90 % de los miembros del gobierno saben qué decisiones hay que tomar para salir de la crisis laboral; pero el  30 % de ellos no se atreven porque las consideran demasiado conservadoras; y el 70 % porque creen que van a perder votos popularidad.

El 10 % restante, pertenece (aproximadamente) a ministerios inútiles del tipo Vivienda, Igualdad, Buenismo... que están dedicados al 100 %, en labores de importancia directamente proporcional al cuadrado de sus presupuestos multiplicado por menos uno.

Por otra parte, el 92 % del resto de partidos políticos, se limita a atacar directamente al actual ejecutivo en un 99 %.Y no aportan soluciones concretas porque: un 89 % opina que van a perder votos sus palabras seran utilizadas en contra de ellos en un futuro próximo; y un 11 % está demasiado ocupado en que su hija/o de 16 años no compre la píldora del día después, aborte sin su consentimiento, y/o se case con su pareja homosexual.

También hay que recalcar que el 100 % estan acojonados porque piensan, que el 65 % de la población los tacha de fachas-capitalistas-explotadores-herederos-del-franquismo, cosa que es cierta en un 40 %, gracias a la prensa, televisión, internet y la manipulada "Memoria histórica", en un 90 %. Y a que el abuelo del vecino de Fulanito conoció a un facha que era un auténtico cabrón en un 10 %.

Puedo seguir con estadísticas, de hecho me hace mucha gracia la de "casi el 50 % de accidentes de tráfico se debe a distracciones", cosa que creo totalmente falsa, ya que ese porcentaje debería ser mucho mayor.

Más bien afirmaría que el 5 % (y soy generoso) es provocado por reventones y demás fallos mecánicos, y el resto por distracciones.

Me explico: El que conduce ebrio y tiene un accidente; el que se estrella por exceso de velocidad; el que sufre un percance porque le entró un insecto en el vehículo; el que atropella un ciervo... todos ellos se podrían incluir en la categoría de distracciones al volante.

Falta de atención=distracción.

Ahora que lo pienso... el que revienta una rueda bien podría achacarse a no prestar atención al mantenimiento de su vehículo, o a posibles obstáculos en la vía.

 

Mejor corto aquí, porque el siguiente tema sería la banca...

El Intermedio

El Intermedio

 

El Gran Wyoming y sus guionistas preparando un programa cualquiera de "El Intermedio":


-Ya tengo las últimas noticias, Wyoming.
-Bien, ¿qué hay de nuevo?
-Suben la electricidad un 31%, la Audiencia Nacional paraliza la exhumación de fosas que pretendía Garzón, Sarkozy cede una silla a España para la cumbre del G-20, aunque hay que esperar el visto bueno de Bush...
-Bien. Preparad chistes ingeniosos culpando a Rajoy de la subida de la luz...
-¿Ingeniosos?
-Si, como siempre. Si no tienen gracia, yo los grito mirando al público con esa carita de picarón que sólo yo se poner, y ya se reiran. Es fácil, me adoran. Incluye también algo sobre que los curritos de a pie no podremos pagar tantos abusos provocados por la burbuja inmobiliaria iniciada por la nefasta gestión del gobierno del PP.
-¿"No podremos pagar tantos abusos"? ¿En primera persona?
-Joder tío... ¡pareces gilipollas! Pues claroooo... ¿Es que yo no soy un currito?
-Claro Wyoming, si... ¿Qué más?
Para lo de los muertos del Garzón, preparad una intriga que relacione el asunto con las protestas de la iglesia al respecto, pero cortita, que me atraganto cuando digo más de dos frases seguidas... ¡o mejor aún!, que la Montañiz me interrumpa un par de veces para que pueda coger aire.
Lo de la cumbre, como siempre, chiste obsceno sobre la relación entre Aznar con Bush, Beatriz hace como que se ruboriza, y luego añadimos alguna frasecita ensalzando el buen talante de ZP.

-Nos falta programa Wyoming, con eso no llenamos.
-¿Incluiste las payasadas de Africa, la entrevista de Usun,...?
-Sí, también he contado con el tiempo que pierdes en las presentaciones, acosando sexualmente a Thais, la sección de Lara...
-¡Thais!, joder se me olvidó. Manda a Thais a preguntar gilipolleces por la calle. Que pregunte a la gente si les ha cambiado la vida con la crisis. Quiero que los televidentes vean que la situación económica la han provocado las clases conservadoras para putearnos a los pobrecitos trabajadores, mientras ellos siguen viviendo a toda mecha.
Luego hacéis una buena criba entre las respuestas. ¡Quiero que los currantes den verdadera pena...! A ver si conseguís que alguno reconozca que saca la ropa de los contenedores.

Los del barrio rico deben de ser escogidos entre los más pedantes y repelentes, y si hablan de lo bien que se estaba con Franco ¡mejor! ¡¡Que se les tire de la lengua!!. Que se pregunte sobre todo a cincuentonas con joyas y ostentosos abrigos de pieles, que no pierda el tiempo con yuppies, agentes de bolsa o contructores.
-¿Dónde la llevamos?
-¡¿Pues dónde va a ser?! A un barrio de adinerados, al mío por ejemplo, y a uno de muertos de hambre... ¿dónde vive el negrito que está barriendo el backstage?
-Pues creo que en...
-¡¡Allí, mándala allí!!

-Bien... alargando un poco lo de Thais Villas, ya tenemos casi completo el programa, incluso podríamos hacer varias entregas con encuestas parecidas, para rellenar los huecos de mañana o pasado.
-¡Cojonudo! Si cuando te contraté sabía que funcionarías aún cobrando una mierda. Y hablando de mierda... ¡se nos ha olvidado lo de "lo que España vota, va a misa"!
-¡Bah!, eso es lo más fácil. Tengo un par de propuestas que se me han ocurrido mientras me tomaba el café.
-A ver...
-El tema de la subida de la factura de la luz, qué solución sería la mejor: a) Que la pague Aznar, o b) Que la pague la Casa Real.
-¡Genial! ¡La hostia! ¡Me encanta!
-Falta el otro...
-..no creo que pueda ser mejor, pero cuenta.
-Con el tema del Garzón, podemos proponer que a éste paso, acabarán sustituyendo la Cruz del Valle de los Caídos por otro tipo de escultura: a) Una pata de paloma (el símbolo de la paz), o b) un ZP sodomizando al Caudillo.
-¡¡¡SÍIII!!!, ¡¡¡SÍIIII!!!, ¡¡¡Eres la hostia!!!, ¡¡Te quiero!!. Te aumento un 1,5 € el sueldo del mes... ¡te lo has ganado! ¡Otro programa solucionado!

 

(Lo escrito anteriormente es pura ficción, los nombres han sido escogidos al azar, cualquier parecido con la realidad es una simple coincidencia)

Las maravillas de la televisión digital

 

Vaya mierda de programación televisiva, especialmente en verano. Normalmente no solía darle importancia, claro que, normalmente no solía pasar muchos sábados por la noche en casa y, normalmente tampoco solía madrugar los domingos y sentarme en el salón para hacer compañía a mi bebé.

Ahora empiezo a darme cuenta de que una catástrofe aérea es la excusa perfecta para que los miembros de Protección Civil tengan sus minutos de gloria en el programa del corazón del sábado por la noche (desconozco el nombre), y que la ética periodística acabará con los escrúpulos de muchos.
Lo sé, lo hacen por nuestro bien, para que perdamos el miedo a volar y pongamos éstos desastres a la altura de cualquier accidente de coche. No hay nada de morbo o inmoralidad en nuestros profesionales televisivos cuando preguntan sobre cualquier escabroso detalle, e incitan a personas que no tienen ni idea sobre el tema, a que expresen acaloradamente sus precipitadas conclusiones. Es más, incluso las tienen en cuenta y debaten sobre ellas para que, sin duda, les sirva de alivio al resto de familias, incluídas obviamente, las de la tripulación.

Si te consideras suficientemente empachado informado sobre el tema, como fué mi caso, no hay problema, tienes alrededor de veinte canales más a tu disposición... ¡bendito TDT!

No hay más que echar mano de uno de los mandos a distancia (porque ahora todos tenemos rodando por la mesita de centro, al menos tres), comienzas a pulsar el botón de subir de canal compulsivamente, para comprobar que, la programación era mucho mejor cuando sólo teníamos TVE y la "Uhachefe". Al menos no se tiraban quince minutos metiendo anuncios y el sábado por la noche te ponían una peli con menos de diez años de antiguedad, que comenzaba a las diez, y acababa más o menos a las doce, dependiendo de su duración.

Ahora te ponen una de Star Wars, pero en el primer intermedio te aburres de esperar y empiezas a hacer zapping: concursos chorra a los que ¿¡nadie!? llama; repetición de los capítulos repetidos de los Simpsons; repetición de las retransmisiones deportivas; series infantiles con anuncios; repetición de teleseries, también con anuncios... y llegamos a la piedra angular de la increible programación digital: ¡la Teletienda!

No me extraña que hayas canales dedicados las 24 horas del día a éste menester. Los mejores actores del planeta se reunen en un pequeño plató para vendernos los más excitantes y prácticos artículos jamás inventados.

Es admirable la dedicación que muestran para que nos pongamos en forma con un artilugio vibrador, que acabará destrozándote los ligamentos y prácticamente todas las articulaciones, por 500 €uros de nada... y si de vibrar hablamos, no se olvide de la faja vibradora "Vibromax", con la que podrá tomar café tranquilamente mientras quema grasas, eso sí, si tiene buen pulso.

Por el contrario, si no nos gusta nada el tema de la vibración, con el cinturón "Sauna Belt", quemaremos grasas de forma localizada, a la vez que nos provocamos quemaduras de distinto grado, gracias a su regulador electrónico de temperatura.

No debemos pasar por alto las bondades de los aparatos de gimnasia pasiva, pues colocándonos los electrodos por el cuerpo de forma estratégica, nuestros fofos y débiles brazos pueden evolucionar hasta niveles que sonrojarían al mismísimo Schwarzenegger... Con las descargas eléctricas adecuadas, podremos desarrolar músculos hasta en las pestañas.

Si la electrónica no le acaba de convencer a la hora de perder peso, no se preocupe, comprando una "Faja Slim" a un precio increible, le regalamos otra, para que pueda lavar la primera cuando ésta huela a sudor de choto campestre.

¿Le aburre hacer abdominales? ¿No consigue resultados y sus amigos le dicen que debería dejar de comer dos kilos de panceta al día? ¡No hay problema! En la teletienda existen gran variedad de artículos de los que se podrá ir aburriendo gradualmente y que irán abarrotando ese inútil trastero que compró con su piso. ¡Y lo mejor de todo!, podrá atacar agresivamente sus abdominales y obliquos laterales de una forma más chula si combina distintos elementos. Haga ejercicio enfundado en su "faja Slim", con la "Sauna Belt" en la barriga cervecera y la "Vibromax" en la chepa y unos cuantos parches eléctricos colocados en las ingles y el trasero. ¡Verá que divertido...! sobre todo para los que tengan el placer de contemplarle...

También podemos olvidarnos de comprar rollos y rollos de papel Albal y film transparante, si nos hacemos con unos sorprendentes aros-ventosa que sellan con una fuerza asombrosa cualquier olla o sartén.... ¡también nos sirven para envolver bocadillos! Basta con guardar éstos en el recipiente adecuado y tu hijo podrá llevarse la comidad para todo el viaje de fin de curso en tu batería de cocina, con la tranquilidad de que aguantarán totalmente frescos más de una semana...

Es alucinante el entusiasmo que demuestra toda ésta gente hablando de sus productos, aunque lo que de verdad me encanta, son los comentarios del ayudante de turno:
-¡Oh, Mike!, ¡no se cómo he podido estar tanto tiempo sin éste trasto inútil...!
-Dios mío Larry, esto vibra con una fuerza asombrosa ¿y dices que lo puedo usar bajo la ropa en cualquier parte del cuerpo?

Esos son anuncios... de hecho, el de la crema "baba de caracol" queda a la altura del betún. ¿Cómo se puede llamar a un producto que se unta por la cara "baba de caracol"?
Todos sabemos que la mierda sirve de abono, pero nadie la ofrece como "mierda de vaca", o "cagada de gallina". Se venden como "estiércol", "gallinácea", o "palomina" en el caso del excremento de paloma. Y eso que éstos artículos no se utilizan como productos cosméticos, al menos por ahora.
Creo que deberían haberle puesto un nombre más sofisticado, del tipo "crema Q-35, con esencia de Crymptophalus", que mira que buen resultado han dado las isofablonas, l-casei immunitas, nanosferas, tonalín, lactobacillus, thermolactil...
Por cierto, ¿cómo extraen la baba de los caracoles? ¿los ordeñan? ¿les pasan un minúsculo papel secante por la lengua? ¿les ponen delante fotos de atractivas caracolas extraidas del "Play-caracol"?
Y desde luego falta dinamismo en los spots. Se echa de menos la entusiasta voz de la modelo-ayudante de turno, comentando que nota como se va regenerando su piel, y que siente un increible cosquilleo, como si cientos de caracoles le estuvieran masajeando las patas de gallo...

 

 

 

La Semana Santa manchega (I)

La Semana Santa manchega (I)

Me hago viejo y no me doy cuenta... me paso el día quejándome porque las cosas no son como lo eran antes. ¡Ahora con la Semana Santa!

Por razones "sentimentales" llevaba años disfrutando la Semana Santa de una distinguida localidad andaluza, plagada del fervor y espectacularidad típicos de la zona, gritos contundentes de los capataces, santos balanceados ó elevados sobre las cabezas de los costaleros entre aplausos y ovaciones del personal... pero lo cierto es que ya echaba un poco de menos la sobriedad castellana a la hora de representar la pasión de Cristo y por desgracia me he llevado más de una desilusión.

Recuerdo con cariño la procesión de Ramos que organizaba mi colegio: el viernes previo a las vacaciones repartían túnicas y coloridos disfraces de judíos para que los niños salieran acompañando al mesías el domingo por la mañana.
Esto ya promete una procesión variada, simpática y divertida, pero lo mejor era la borriquilla, que en aquellas procesiones era de las de verdad, osea: rebuznaba, movía las orejas, soltaba alguna que otra coz (afortunadamente sin víctimas), se orinaba en mitad de la calle, y todas esas cosas propias de pollinos.
Los apóstoles, Jesús, y Virgen María también eran de carne y hueso, y aunque no recuerdo que se hicieran pis, sí que solía haber entre ellos algún virtuoso de las onomatopeyas que soltaba algún rebuzno aislado para "animar" a la burra.
De todo la organización se encargaba el colegio de forma desinteresada: las túnicas de colores se repartían entre los niños más jóvenes, pero a unos cuantos afortunados de octavo de E.G.B. nos sacaban como "voluntarios" para encabezar la procesión formando un paso viviente.

El proceso de selección era exhaustivo: Todos nos probábamos la barba postiza de Jesús (hasta la que hacía de Vírgen María) para que el profesorado decidiera a quién le favorecía más. Una vez escogida la víctima que haría todo el camino en burra, el resto de las túnicas apostólicas eran repartidas a diestro y siniestro de acuerdo con las virtudes de los alumnos:
"-David, por cabroncete, que haga de Judas... Jose, por listillo, que haga de Pedro... Manolo por gordo, que haga de..."
Una vez finalizado el casting, el director del cole (D.E.P.) se encargaba de repartir ramos de olivo entre los más jóvenes; palmas entre los apóstoles y adultos que acompañaban a sus hijos; y bromas entre todos los que se acercaban por allí.
Todo ello sin dejar de prestar especial atención al sufrido "Mesías" que hacía esfuerzos sobrehumanos (ya que es el hijo del Señor...) para aguantarse más o menos erguido sobre su montura sin que se le torciera la barba.
Luego, conforme la procesión iba recorriendo calles, se le iban uniendo fieles, que arrancaban pequeñas trozos de las ramas de olivo que portaban los que ya formaban parte del acompañamiento.

La comitiva discurría alegre y resputuosa por las calles culminando en la iglesia de la Patrona, dónde ese día se celebraba una misa multitudinaria repleta de gente que no suele ir nunca, y acompañada de palmas, olivos, túnicas y demás parafernalia.
Y el cura, como no podía ser menos, henchido de satisfacción al contemplar su templo abarrotado. De hecho creo que eso es lo más parecido a un orgasmo (porque los curas no tienen orgasmos, claro) que un párroco pueda sentir.
Todo lo narrado anteriormente convertía esa procesión en algo distinto: una jovial y simpática representación de la triunfal entrada de Jesús en Jerusalén, la única procesión que no seguía un patrón establecido y dónde las risas e improvisaciones eran inevitables.

Pues bien, al parecer, de unos años para acá, la burra ha pasado a mejor vida y ha sido sustituida por una reproducción de escayola.
Se acabaron los jóvenes vestidos de apóstoles, las túnicas de colores, la afluencia masiva de padres enseñando a sus hijos en qué se diferencia un asno de un caballo, las madres orgullosas contemplando a sus hijos "apostolizados", la familia del Jesucristo saludando en cada esquina esperando contestación del que iba completamente acojonado, sentado de lado sobre su montura y haciendo equilibrios imposibles al acumularse el sudor de su trasero sobre el lomo del animal...

Era una procesión original, con su propia personalidad. Ni mejor ni peor que las demás, simplemente distinta... ¡hasta ahora! ¿Es que no quedan burros en éste país? Me refiero a los que andan a cuatro patas, claro.

Como es obvio, yo salí de pequeño en varias ocasiones con túnica y turbante, y más adelante de apóstol (de Pedro, como no), y ciertamente tenía la ilusión de poder llevar a mi futura hija algún día, para que desfilara portando su ramita de olivo mientras su madre y yo nos limpiábamos la baba sonriendo de oreja a oreja.
La grandeza que ese evento tenía para mí, era la total falta de organización, nada de cofradías ni cuotas, no había que rendir cuentas a nadie: el domingo salía el que le daba la gana.
A las once menos cuarto en el patio del colegio, cuando llegas cojes una palma te unes a la fila, y a caminar. Si llegas tarde, te reenganchas y si no quieres salir no pasa ni media: nadie te lo echará en cara...

 

(la continuación, el año que viene si Dios quiere)

 

 

El Silo

Qué abandonado tengo ésto...

Lo cierto (como muchos sabréis) es que he estado centrado en un trabajo. Concretamente en la decoración de un bar.
La cosa parece mucho más simple de lo que en realidad es. No es el primer bar que llenamos de madera y espero que tampoco el último. Pero éste tiene algo especial: es el bar de mis amigos.
No, no es que mis amigos reciban mejor trato que los demás (o sí), pero conozco de primera mano la historia de éste establecimiento, y sé que los que han promovido la idea llevan moviéndose más de tres años para conseguir inaugurarlo.
Parece increible, pero hoy en día es bastante complicado alquilar una antigua cuadra, que anteriormente era un almacén de trigo, y convencer a las autoridades competentes que no repararás en gastos para convertir esa estancia en una bodeguita coqueta y acojedora, restaurando y recuperando sus antiguas bóvedas, limpiando de tierra sus paredes de piedra, y respetando todo lo que tenga más de cincuenta años de antiguedad.
Esta gente tiene un talento especial para convertir un edificio olvidado en un establecimiento de éxito, con una decoración acertada, y que acaba siendo frecuentado asiudamente por todo el aficionado a la hostelería. Lo cierto, es que además de talento, poseen muchas otras virtudes entre las que se encuentra, como és natural, la entrega, el trabajo y todas esas cosas que son atribuidas a líderes políticos.

Además tienen a Rosa.

Pocas veces una palabra tan corta ha significado tanto. Rosa, como no podía ser menos, es la decoradora.
No es complicado trabajar con ella, lo cierto es que se trata de una persona encantadora, con una paciencia infinita y un gusto especial a la hora de realizar su tarea... pero como es natural, para obtener resultados óptimos, hay que adaptar sus gustos a los materiales que hay que utilizar y a la forma de trabajarlos, adivinar sus intenciones, traducir su lenguaje de revista "casa y jardín" al idioma que se utiliza en mi gremio, hacer muchas pruebas, muchas preguntas... en definitiva: tener una paciencia aún más infinita que la de ella.
Ahí es dónde entro yo.
Lo malo de trabajar para mis amigos dirigido por su decoradora es, como ya he mencionado, que hay que dedicarse en cuerpo y alma.
Lo bueno: el resultado.
Ver como una cuadra lleno de trastos, telarañas y escombros, se va convirtiendo en un sitio agradable y cálido; descubrir que la combinación de maderas nobles con viejas tablas de palets forma contrastes espectaculares; comprobar la importancia de desplazar diez centímetros un simple adorno para evitar sombras... todo ella me aporta una experiencia y satisfacción que otros no saben apreciar.


Yo no soy ni el más listo ni el más habilidoso en mi lugar de trabajo, pero sabía que era el indicado para ocuparme de ello. He acabado estresado y con una tonelada de papeleo acumulado, pero conozco a la perfección todo lo que hay montado y se que no habrá ningún problema. No quiero traicionar la fe que mis amigos han puesto en mí. Sé la cantidad de pasos (burocráticos en su mayoría) que han tenido que dar y me he volcado de lleno para conseguir el mejor resultado.

Esta semana se inaugura. Como tienen muchos amigos irá gente. Como es algo nuevo irá mucha gente. Como las consumiciones serán gratis irá muchísima gente.

Las felicitaciones serán sin duda para los que cogieron una estancia de una vieja casona del siglo XVII ubicada en el casco antiguo, y empezaron a soñar lo que podrían hacer con ella. Ellos cederán todo el mérito a Rosa, ella dirá que no hubiera sido posible sin los electricistas, albañiles, pintores, carpinteros, etc... todos nos reiremos, bromearemos sobre el tema, nos abrazaremos, y vomitaremos con tanta cursilería.
¡Pero qué coño!, ¡es totalmente cierto!

Estoy contento y muy satisfecho con el resultado y les deseo lo mejor. Llevo más de quince años trabajando para ellos y reconozco que siempre acabo quemado, pero a los pocos días me alegro de haberme involucrado. Consigo una excelente publicidad, agradecimientos mil y encima me pagan por ello: es la mejor forma de olvidarte de las complicaciones y quebraderos de cabeza.

También ayuda el fin de semana en Ruidera que nos pegamos Gabriel, Alberto, yo y nuestras respectivas: nada mejor que asar animales muertos en una buena chimenea y engullirlos como salvajes, acompañados de buen vino, risas, canciones y juegos de mesa para coger fuerzas y ser persona humana de nuevo.

Recuperadas las energías necesarias para afrontar mi próxima paternidad, prometo no abandonar tanto el blog.

 

 

Destripando a Kitt

Dentro de poco se estrenará la secuela, remake, refrito, o como lo quieran llamar, de “El Coche Fantástico” y, sinceramente, no albergo esperanzas de que me guste.

Para empezar, el cambio radical que le han pegado al coche:

 


 

No es que me disguste el Ford Mustang, pero lo cierto es que no tiene mucho que ver con el Pontiac original… ¿es que ya no se fabrican, o es que el nuevo modelo no sale en negro? Podían haber tomado nota de ésta web:

http://www.knightreplicas.com/database/default.asp

Lo dicho, tengo cierta desconfianza sobre el resultado final: fui al cine ilusionado, esperando rememorar a mis primeros héroes televisivos, para luego descubrir como Ben Stiller y Owen Wilson destripaban a “Starsky y Hutch”.
Me alquilé “Los ángeles de Charlie” y aún no me he recuperado de ese exceso de ridículo payasismo del que presumían las tres ángeles.
Y aunque “Corrupción en Miami” no llegó a disgustarme, reconozco que no es lo mismo. Cuando te has criado deseando perseguir narcos, conduciendo a toda hostia tu Ferrari blanco, escuchando a Phil Collins y enfundado en trajecitos de Armani, no aceptas que ningún Colin Farrel de pacotilla te sustituya. Joder, si no es Don Johnson que me pongan a mí, ¡que llevo veinte años haciendo cola!

Esto quizás sea lo mejor del coche fantástico: nadie aguanta al protagonista. No viste bien, es medio simple, incluso la única novia que tuvo, intentó matarlo en el primer capítulo.
Lo desangelado que lleva el coche, ni un triste Garfield de ventosas, ni un arbolillo perfumado de esos. Seguro que huele a chotuno dentro de Kitt: entre que Michael no se quita la chupa ni en pleno desierto y que siempre acaba peleando tirado por el suelo… porque Kitt es muy completo, pero no lleva ducha o lavadora de serie, y cuando va al camión están dos minutos de nada, así que no le daba tiempo ni a limpiarse los sobacos con una toallita de bebés.

Para mí que el Hasselhoff en esa época se bañaba menos que Torrente. Ahora comprendo por qué se hizo vigilante de la playa en cuanto pudo: tendría los pelos del pecho más acartonados que las sábanas de un adolescente.

Aún hoy cuando veo capítulos repetidos, todavía pienso “¡este tío es tonto!”, osea, llevas años conduciendo el cochecito que salta al pulsar el botoncito rojo del turbo y aún sueltas los grititos cuando aterrizas. Es como si cada vez que dejáramos nuestro utilitario aparcado en batería, soltáramos un “¡Yuhuuuuu…!

¡Si en cada capítulo saltaba como tres o cuatro veces...! No quiero ni imaginarme lo que Michael Knight haría si cruzara el centro en hora punta sin pillar atascos.

La serie me encantaba, aunque reconozco que ahora, con unos añitos más, no acabo de encontrarle fallos y situaciones absurdas. ¿Era realmente imprescindible la presencia de Devon? ¿Cuál era su función en la “Fundación por la ley y el orden”? ¿Se llevaba un sueldazo por transmitir las instrucciones a Michael? Lo cierto es que ni siquiera limpiaba el parabrisas de Kitt, para eso estaba Bonnie.

Y ahora que la nombro ¿Por qué los mecánicos siempre eran tías buenas? ¿Es imprescindible la foto de cuerpo entero en el currículo para hacer cambios de aceite y mirar presiones? ¿Ya existía la ley de paridad en USA cuando rodaron la serie?
Esos continuos cambios de personal… ¡cada tres por dos una operaria nueva! Se ve que Devon (que tenía pinta de viejo verde) intentaba abusar de ellas y se largaban; o lo mismo eran becarias, y acabaron trabajando para el “Halcón Callejero” con una suculenta mejora salarial.
Lo del taller rodante me da mala espina, seguro que estaban todos sin dar de alta, como los chinos de los talleres de confección. Y otra cosa: ¿quién conducía el camión? Seguro que no tenía ni carné. No, no me vengáis con lo de que tenía piloto automático como Kitt… en éste vídeo se ve claramente que el asiento del conductor disponía de unos “sospechosos” brazos:




No tiene que ser complicado conducir el Pontiac hasta meterlo dentro del camión vestido de esa guisa, y ya no digamos si el que conducía el camión también era un respaldo con brazos.

Lo que hubiera presumido éste carnaval con el disfraz de asiento de coche… ¡sobre todo cuando vieran por la calle un Xsara Picasso sin conductor!

En cualquier caso, está claro que el tener un coche que te habla, y que además razona o gasta bromas, es sin duda uno de los mayores atractivos de Kitt. Hoy en día, la gran mayoría de automóviles disponen de ordenadores de a bordo y te avisan de la falta de combustible, de los cambios de aceite, cinturón de seguridad, las puertas mal cerradas… y lo cierto es que acaba siendo un coñazo. Los coches no mantienen conversaciones lógicas, lo único que hacen es dar por saco. Cualquiera con dos dedos de frente hubiera desactivado a Kitt en cuanto nos hubiera dicho dos veces lo de “está sobrepasando el límite de velocidad”, “le queda combustible para 80 km…, para 70 km…, para…

Aparte de que los vehículos actuales no contemplan situaciones especiales: Hace poco llevaba un paquete pesado sobre el asiento del copiloto, y el puñetero ordenador no paraba de avisarme de que el acompañante no llevaba puesto el cinturón de seguridad, de hecho tuve que abrochar el cinturón en el butacón vacío… ¡como si fuera alguien disfrazado de asiento!
Y la de veces que he tenido que llevar el portón trasero entreabierto para transportar algún objeto voluminoso: “Maletero abierto… maletero abierto…” ¡¡Calla cansino!!, sé que no está cerrado, ¿o es que no te has dado cuenta que llevas un pulpo enganchado en el culo?
Eso también es curioso… nuestros coches nos hablan, cuatro estupideces al fin y al cabo, pero nos hablan. ¡Y nosotros les contestamos! ¿Seremos Michaels Knights frustrados?

Claro que yo no miro al cenicero de mi Picasso para contestar, no aparto la vista de la carretera. ¿Por qué el Hasselhoff se distrae cuando habla con el coche? ¿No tiene manos libres? Como le pare el sherif Lobo...

 

 

Las cosas del naturismo

Las cosas del naturismo

Empezaré diciendo que no practico el nudismo de forma habitual, pero lo respeto. No me disgusta pasearme en bolas por mi casa, ni me asusta el tumbarme en la playa como Dios me trajo al mundo… eso sí, boca arriba (para evitar asaltos fortuitos de mandingas salvajes) y sobre una esterilla de esas de los bazares chinos, para que no se te queden “rebozaos” de arena los pelos del trasero o peor aún, el glande.

Aclarado esto, comienzo a despotricar: no entiendo a los naturistas… por más que me pongo en plan comprensivo, progre y enrollado, no alcanzo a comprender qué placer encuentran en hacer la compra con el badajo al aire, rozándo la punta de éste con las latas de espárragos “Carretilla”, mientras las moscas coquetean con los tarzanes del ojete.

Y no te cuento cómo te encuentres con el típico tío cariñoso que te dá un fuerte abrazo cada vez que te ve… ¡lucha de espadas a lo Jedi! (en algunos casos, más bien de espadines)

¿Y los que te cogen desprevenido por la espalda, y, tapándote los ojos te dicen aquello de “quién soy, quién soy...” En esos casos tienes que proyectar la pelvis hacia delante, para mantener tu culo a salvo de roces no deseados y hacer memoria cuánto antes, porque le puedes dar un ciruelazo a cualquier inocente que pase cerca.

Que nadie me venga con lo de que todos los nudistas son muy limpios. Los “ropistas” también lo somos, pero estoy seguro que hasta la mismísima Reina (perdone Majestad) se tira pedos.

Y no digamos sudar… me imagino el típico nudista-obeso (que los habrá) inflándose a paella y jarras de cerveza en la terracita playera de turno. Luego se tomará el café y el puro mientras transpira y gasea generosamente su asiento ¡¿Qué se hace con esa silla?! ¡¡¡Habrá que fumigarla al menos cuatro veces!!!

Esta conversación la he tenido un montón de veces con mi amigo Ramírez, nudista desde hace años. El se ríe y me comenta que es por mi educación, mi entorno, que no me siento cómodo con mi cuerpo y todo eso.

De hecho él se llevaba a sus dos hijos todos los veranos a un camping naturista, hasta que el mayor cumplió dieciocho y dijo que tururú, y la pequeña también decidió quedarse en casa esas vacaciones haciendo compañía a su hermano… se ve que tampoco se habían educado en el entorno adecuado, o también puede ser que el camping no estuviera bien acondicionado.

Me pregunto que hará un aficionado al nudismo cuando le venga uno de esos cuescos traicioneros que dejan “huella”… ¿las damas usan tampones? ¿se tiñen el cordelito? ¿se lo pegan con esparadrapo a… algún sitio? ¿un bebé en pañales se considera nudista? ¿o debe ir haciendo sus necesidades libremente? ¿si se da el caso, los padres deben llevar una bolsita para recoger las heces? ¿podríamos entrar a una zona naturista llevando pañales? ¿en caso opuesto puedo defecar en cualquier sitio siempre y cuando utilice la bolsita de rigor?


Mil preguntas de gran trascendencia me asaltan cuando se trata éste tema… En ésta ocasión, el detonante ha sido ésta noticia que he leído en http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=46054

Increíble… ¿es tan adictivo el nudismo? Creo que debería haber centros especializados para controlar el mono. Ya me imagino a la gente en las escaleras de acceso al vuelo, con los pantalones medio desabrochados, con el ciruelo balanceándose con los movimientos compulsivos del individuo que se despoja apresuradamente de su camisa mientras sujeta el equipaje de mano con los dientes.

“Los pilotos y las azafatas llevarán su atuendo habitual por razones de seguridad” ¿Es que no se está seguro en ese avión si vas desnudo? Se supone que ningún pasajero los mirará con lujuria, son gente habituada. ¿Será por si sufren una luxación de teta durante unas turbulencias? ¿o por si el piloto se la pilla con la palanca del freno de mano? Y ahora que lo pienso… no debe ser agradable abrocharse el cinturón de seguridad sobre el pubis: como se te enrede el “peazo” hebilla en el vello púbico, puede ser muy embarazoso pedir ayuda a la azafata.

Con el miedo que me dan los trayectos aéreos habitualmente… ¡cómo para ir en bolas! Suelo derramarme encima la bebida, mirar inquieto a todos lados, y sudar nerviosamente. Imagínense un avión con un par de tipos así, pero completamente desnudos. ¿Dónde está el placer de viajar?

Y bueno, no quiero imaginarme a Melendi en ese vuelo: un tio con rastas, piercings, borracho, agresivo… ¡y en pelotas! Como para lanzarte en marcha.

Menos mal que éste vuelo solo dura una horita. En el vuelo de cuatro horas que hice a Assuan, el que estaba sentado junto a mi mujer (yo cogí ventanilla) tenía sueño y cada tres por dos, se le caía la cabeza para uno u otro lado, con la boca entreabierta y un asqueroso hilillo de baba colgando por la comisura de los labios.

¡Brrrrrr! Sólo el pensarlo me dan escalofríos.

Y luego viene el aterrizaje. A ponerse el cinturón otra vez, a pillarse los pelitos con la hebilla, a pedir nuevamente ayuda a la azafata, y al final lo peor de los vuelos: A todo el mundo le entran prisas por bajar del avión cuando se llega al destino… se empujan, abren el portaequipajes poniéndote el culo o el paquete en la cara.

Imaginaos la escena: Un tipo agachado poniéndose los zapatos, mientras otro que viene brincando por el pasillo subiéndose los calcetines le pega un pollazo en la oreja; otra que te pone el chumino (sin ducharse desde la noche anterior) en las narices sacando su equipaje de mano. Con un poco de mala suerte sus pelitos se enredan en la montura de las gafas y se las lleva enganchadas, e incluso una de las patillas se gira caprichosamente y se mete… ¡ahí!; al que va delante de ti, se le cae el móvil mientras lo enciende, tu frenas, pero el de detrás te empuja y… ¡Zas!

En fín... creo que todo en éste mundo debe tener unos límites.

 

 

Lejos de mi intención está, atacar al aficionado nudista, sólo bromear un poco sobre ello.